Quisiera
hablarte de mi almohada
pues…es ella quien te suplanta en la distancia,
mi almohada suave,
limpia…
fresca… y pequeñita,
que se convierte a mis antojos en tus ojos
o en el contorno de tu hermosa figurita.
Cuando en las
noches vienes a mi pensamiento
y en mi
imaginación empiezo a conversarte,mi almohada empieza entonces…
a transformarse,
en todo lo que pienso y lo que sueño,
trocándose obediente y cariñosa
a las exigencias que formulan mis empeños.
Si pienso en
tu carita, ella es tu cara,
sencilla,juvenil,
sedosa…
tibia,
que al apretada estar junto a la mía
aflora púrpura el color a tus mejillas
y embriaga mi sentir de fantasías.
Cuando tus
labios son la cusa de mi idilio
y en mi ansiedad
quiero tocarlos,ella me hace sentir…
que puedo hasta besarlos,
porque se abren sedientos y jugosos
para proporcionar con su fogosidad a los míos,
momentos de placer,
…y gozo.
Si mi mirada
busca en la penumbra
a tu mirada
tierna y soñadorami almohada toma forma sin demora
cambiándose en tus ojos inocentes,
que clavan sus pupilas como dientes
en mi mirar que te sonríe y que te adora.
Mi almohada…
enmarañada entre mis brazos
revolotea cual
tu sedosa cabellera,formando un tornado que arrastra con su paso
la loca sensación de este espejismo,
ignorando si hay obstáculos o abismos
para enredar mi cuerpo en un abrazo.
Hasta el tibio
calor de tus manitas
me regala mi
almohada cuando pienso,las veces que he podido en poco tiempo,
acariciarlas…
suaves y temblorosas,
que como pétalos de perfumada rosa
que suelen escaparse con el viento.
En tus
piececitos lindos…
Pequeñitos,que tanto me enloquecen y me llenan,
se transforma esta almohada buena
que siempre me acompaña en la distancia,
dejándome apretarlos y besarlos
hasta saciar mí sed en la añoranza.
En todo lo que
pido me complace,
esta amiga que
en mis versos te presentoque por no ver llorar mis sentimientos
hace dichosa esta alma mía,
aquí…
donde tan largos son los días
…y donde sólo me acompaña tu recuerdo.