viernes, 27 de enero de 2012

UNA HISTORIA TRISTE

UNA HISTORIA TRISTE.
Por: Cheo Breñas.

Yo sé que es muy triste contar esta historia
pero ya no puedo guardármela adentro,
ella era muy joven… él
…pues más o menos
de familias pobres…
pobres los anhelos;
pero se querían desde muy pequeños
y tejían promesas…
futuros y sueños.

Una tarde ingenua…
de esas tardes que el sol no está fuerte
y el viento se mueve con cierta cadencia,
se fueron al monte de las soledades,
a contarse cosas…
ciertas o quién sabe,
que sacaban risas y miradas tiernas
que más que disfrutes…
eran complacencias.

Y allá en la colina…
donde el pasto es suave y dulce es la brisa
colmaban sus cuerpos de amor y caricias
contando los besos…
mezclando sonrisas
y amándose…
cual cosa divina.

Pero siempre hay gentes de mala calaña
de esos que no tienen sabor en el alma,
que llenos de envidia ocultos espiaban
a la parejita…
que sólo se amaba.

Eran cuatro ellos
fornidos y fuertes,
que sin anunciarse de pronto irrumpieron
y se abalanzaron sobre los pequeños,
matando el idilio
forzando el momento
y nublando aquel bello
romance tan tierno.

Fue una lucha inferna de gritos y angustias
de burlas y risas de aquellos cabrones
que sin inmutarse lo tomaron todo
y lo destruyeron…
¡Ah… por sus cojones!
y a él lo golpearon con saña de odio
violándola a ella sin contemplaciones.

Más…
el destino es cruel… y tiene sorpresas,
sorpresas que traen...
fatales finales.
Y lo que en un inicio parecía una fiesta
se empañó de sangre...
de sangre inocente que se derramara
quemándolo todo...
quemándolo todo
a diestra y siniestra sobre la montaña
que se erguía orgullosa sobre la cañada.

En el forcejeo la chica resbala
por el pasto suave y fresco del risco
no bastaron gritos
siquiera intenciones
ella que caía
él que la alcanzaba
pero no hubo tiempo,
ni quien lo parara
se fue hacia el vacío
se hundió en la cañada..

Nadie supo nunca más de aquel muchacho
dicen que convive allá con su amada,
de noche aún se escucha muy lejos su llanto
que hiela la sangre por las madrugadas.

De los violadores...
ni un sólo recuerdo,
pero allá en la colina...
donde el pasto es suave y dulce la brisa,
cuatro cruces negras adornan el risco
donde sucediera tamaña tragedia;
tragedia que el pueblo completo recuerda
y nadie se atreve jamás a contarla.

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