Me cautivaron tus ojos
aquella tarde en la callecuando nos vimos de frente
y en los míos los clavaste.
De una pieza me dejaste
confundido entre la nadatu penetrante mirada
paralizó mi semblante.
Tus pupilas destellaban
cual estrellas o lucerosno pude dejar de verlos,
porque…
ellos también me miraban.
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