ACARÍCIAME

ACARÍCIAME.
Por: Cheo Breñas.

Acaricia mis ojos tu figura

cuando te veo…
o te siento;
acomodada allí…
en mi pensamiento,
donde puedo alcanzarte con mi pluma
y escribirte infinidades…
de versos.

Acarician tu presencia mis sentidos

inyectándoles amor…
y vida;
al sanar mágicamente mis heridas
y alegrar este corazón…
ya casi muerto.

Acaricia tu mirada mi embeleso

haciéndome soñar…
y soñarte,
recrearme en tu mirar…
y mirarte;
e imaginarme que te robo…
un beso.

Acaríciame mi amor…

acaríciame,
que me hace bien el calor
de tus suaves manos;
y arrulla con el fuego de tus besos
este corazón mío…
de hombre enamorado.

ME ENCANTÓ

ME ENCANTÓ. Por: Cheo Breñas.

Me encantó volver a verte

y sentir que no te has ido
navegar entre tus frases
que regresan del olvido.

Me encantó tenerte cerca

y mirarte nuevamente
saber que no estás ausente,
que no has cerrado la puerta;

y con tu franqueza abierta

pasaras a saludarme.

Me encantó mirar tus ojos

como siempre sonrientes
con la mirada inocente
que enardece mis antojos.

Me encantó que los cerrojos

han cedido a la distancia,
me encantó que la fragancia
de tu presencia emergiera…

y a mi alma triste le dieras

un motivo de esperanzas.

YA “PA” QUÉ

YA “PA” QUÉ
Por: Cheo Breñas.

Sin juventud y sin dinero

donde coño puedes ir
si no es a algún basurero
o a un asilo “pa” vivir.

No te puedes permitir

andar saltando y brincando
no puedes andar ligando
porque no tienes con qué…

Y no puedes con la “fe”

lograr milagros de antaño.

Ya atravesaste la vida

de bebé, de niño, de adulto
y ahora eres sólo un bulto
lleno de historias y heridas.

Las decepciones sufridas

han arrugado tu piel
ya no te sirve el ayer
para presumir vivencias…

Y no tienes ya paciencia

para el presente entender.

LA POESÍA

LA POESÍA Por: Cheo Breñas.

Tiene en si la poesía

un encanto tan profundo
que la vida en este mundo
sin ella no existiría.

Tiene el don de la porfía

el romance, el desamor
los excesos, el dolor
la sonrisa, el desacierto;

Es el sol del sentimiento

y la savia del amor.

Es tan dulce su ilusión

que hace disfrutar la vida
sana la más cruel herida
y su llanto es tan dichoso

Que llena el alma de gozo

y de luz el corazón.